
Rebeldía y compasión, el legado del Papa Francisco.

Tras la derrota, el peronismo vuelve a mirarse en su espejo más incómodo: el triunfalismo. Entre la soberbia de algunos dirigentes y la advertencia de Rodolfo Walsh, el movimiento enfrenta el desafío de reencontrarse con su pueblo.

Mientras los poderes fácticos buscan mantener la inercia, solo la doctrina, la coherencia histórica y la convicción moral pueden abrir camino para que el peronismo recupere su fuerza transformadora.

Un modelo que convirtió la dirigencia en una casta servil y el torneo local en una caricatura de competencia.