
Malvinas como norte de las futuras generaciones.
Cuando se abordan los problemas que tiene Argentina en materia de defensa nacional podemos hacerlos en infinidad de aspectos, tanto técnico, como políticos, históricos, materiales, doctrinarios, y así uno puede seguir hasta el infinito que siempre habrá algo que tocar. En esta ocasión detallaremos un poco la última tendencia de la todología nacional en materia de defensa: el sueño de la guardia nacional bananera.
La poca preparación e interés casi nulo de la clase política por las cuestiones de defensa nacional ha sido el caldo de cultivo perfecto para que prolifere el peor y a la vez más patético lobby de todos: el de los militares carreristas a través de "influencers" que prácticamente dominan la discusión de defensa que llega al público menos informado en la materia. Cuando decimos que la dominan no significa necesariamente que estén en lo correcto, sino que es de forma literal, unas pocas son las que dominan la discusión.
Políticos desinteresados y para nada capacitados, una conducción militar experta en agachar la cabeza, y el añadido de influencers con experiencia de conducción nula y dudodas credenciales, no hace más que crear una mezcla fatídica que nos arrastra a la vulnerabilidad absoluta en el futuro cercano, siendo el desconocimiento y el alejamiento de las causas nacionales un arma más peligrosa que cualquier misil o tecnología militar.
Jamás veremos que estos políticos, militares e influencers siquiera intenten instalar una discusión real sobre cuestiones como Malvinas, la Antártida o Vaca Muerta, ni mucho menos de las relaciones internacionales que el país debe forjar para poder llegar a sus objetivos, en su lugar, se impulsa el debate mediocre dirigido al debate técnico de equipamiento militar suministrado por países que ni siquiera apoyan nuestros objetivos estratégicos.
Al alejar el debate de las necesidades de defensa reales, las cuales van mucho más allá de cuestiones meramente de equipamiento militar, instalan ideas y teorías contrarias a las necesidades del país, como la reconversión de las fuerzas armadas para que solo posean elementos ligeros, y de la mano de esto, la participación de los militares en tareas de seguridad interior, poniendolos prácticamente al nivel de las fuerzas de seguridad. La destrucción de las fuerzas armadas comienza cuando no tienen razón de ser. El país que este círculo pretende construir no necesita militares para defender su soberanía desde una posición de fuerza, solo les basta con una guardia nacional bananera que patrulle las calles e incapaz de hacer frente a los problemas en el Atlántico Sur.
El debate y la formación en defensa debe ser de alcance para toda la ciudadanía y no permanecer en un nicho cerrado al que solo tienen acceso militares y algún que otro intelectual de relaciones internacionales. La defensa nacional abarca a todos los componentes de la sociedad y del Estado. Todos y cada uno de los argentinos deben tener en claro los problemas y amenazas existentes en materias de defensa y tener por lo menos una idea de como son partícipes desde su rol en el sistema de defensa nacional.